domingo, 12 de diciembre de 2010

AGUAYMANTO, un fruto privilegiado del Perú.


Su pequeñez discrepa con su grandeza nutricional. El aguaymanto posee grandes propiedades, entre ellas, su efectivo poder antioxidante, el cual previene el envejecimiento; y su accionar como un práctico antidiabético que estabiliza el nivel de glucosa en la sangre.


Nuestro Perú es un país privilegiado con una enorme variedad de productos naturales. Para muestra un botón: un diminuto fruto proveniente de la serranía de nuestro país, un alimento de aspecto muy similar al de un tomate pequeño, pero que a diferencia de este permanece encerrado en doradas hojas, como teniendo temor a ser descubierto.


Al despojarlo de su dorada cápsula se nos presenta ante nosotros un pequeño fruto de no más de dos centímetros, de color amarillo e impregnado de una brillantez y fragancia envidiable, dulce regalo de la naturaleza llamado aguaymanto.


Sería el famoso científico sueco Carlos Linneo, quien viajaba por todo el mundo obsesionado en descubrir nuevas especies y bautizándolas con un nombre en latín, quien descubriría en 1,753 este fruto oriundo del Perú. Y lo clasificaría para la eternidad científica denominándolo Physalis Peruviana.

CARACTERÍSTICAS DEL AGUAYMANTO

La cereza de los andes presenta un alto potencial de crianza, pues al crecer en suelos pobres, con bajos requerimientos de fertilización, es ideal para sembrarse en regiones ubicadas entre 1,800 y 2,800 metros sobre el nivel del mar, en lugares con alta luminosidad y temperaturas promedio entre 13 y 18 grados centígrados.

Sin embargo, la planta es muy susceptible a las temperaturas inferiores a los 10 grados centígrados, a la sequía y a los vientos fuertes; por lo que se recomienda que los terrenos donde se cultive este producto estén cercados con barreras rompe vientos.

La planta de aguaymanto generalmente mide un metro de altura aunque puede alcanzar 1.8 metros. Sus frutos son bayas de color que oscila entre el naranja y el amarillo y su sabor es una peculiar mezcla de balance perfecto entre lo dulce y lo ácido. El fruto está protegido por una envoltura natural que lo mantiene fresco, sin dañarse, incluso varias semanas después de haber sido extraído de la planta.

EL AGUAYMANTO EN TIEMPOS MODERNOS


Actualmente el aguaymanto se cultiva en diversos países del mundo, siendo producido en la totalidad de los países que conforman la Cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Chile; así como en el lejano continente de África se cultiva en Egipto, Kenia y Sudáfrica. Igualmente se siembra en algunos países de Asia, lo mismo que en Oceanía.
En nuestra región el principal productor y exportador de aguaymanto es Colombia, quien exportó más de 5 millones de dólares en el 2006, cifra muy por encima de los 22,180 dólares, que exportó el Perú en ese mismo periodo, según estadísticas de la Asociación de exportadores(ADEX).

Sin embargo, la exportación peruana está en aumento en relación a los años anteriores. Los principales destinos de nuestras exportaciones son Estados Unidos, que consume un 46% de lo exportado; seguido por Canadá, que adquiere un 30%; Países Bajos con el 14%; Reino Unido con 10%. Otros países que importan nuestro producto en menor cantidad son China, Japón y Bélgica.



FORMAS DE CONSUMO



En los últimos años, debido a la expansión de la medicina alternativa, el aguaymanto ha sido una de las frutas predilectas por los entendidos en la materia. El especialista en naturismo y salud humana Miguel Ángel Palacios Montenegro recomienda con entusiasmo su consumo debido a que, “el aguaymanto, o tomatillo del campo, sirve para tratar la diabetes y otros malestares como los síntomas de la menopausia y contrarresta el envejecimiento”.

El experto explica con sorpresa que esta fruta antes era subestimada, ignorada y muchas veces menospreciada. “En el país crecía de modo silvestre en las laderas de la sierra peruana, y era el alimento de los pobres; pero ahora felizmente esto se ha revertido y es así que actualmente se distribuye en los mercados con mucho éxito”, señala.

El aguaymanto se consume de distintas maneras: en conserva, como néctar, mermelada, yogurt, helado, en extracto, fruta fresca, pulpa congelada o como ingrediente en exquisitos potajes de la floreciente gastronomía Novoandina.


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